No te rindas, que la vida es eso

Alba, estudiante de la Universidad de Sevilla, comparte en esta entrevista su proceso de trabajo en el TFM, muy vinculado al proyecto "Fortalecimiento de las alianzas de Universidades Andaluzas para lograr un mayor compromiso de la comunidad universitaria en el marco del Consumo Responsable, el Medio Ambiente y la Equidad de Género” que coordina actualmente la Universidad de Sevilla

  • Este proyecto trata de desarrollar acciones conjuntas de difusión y promoción de hábitos de consumo responsable que favorezcan el comercio justo, la equidad de género y el respeto hacia el medio ambiente para contribuir a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
  • Un proyecto de formación para programas de máster de las diferentes universidades participantes: Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga, Sevilla, UPO y UNIA.
  • Entre las actividades que contempla está facilitar la realización de TFM o prácticas en entidades afines a la temática del proyecto, tanto en Andalucía como en países priorizados para la cooperación andaluza.

Alba Vidal Ortiz es Licenciada en Filología y recientemente ha finalizado un Máster en Antropología en la Universidad de Sevilla. Ha estado muy vinculada a este proyecto, tras elegir como línea de Trabajo Final de Máster el análisis de los sistemas agroalimentarios, una de las líneas que ofertaba la oficina de cooperación de la US.

El tema de elegido por Alba para su investigación ha sido la conexión entre el trabajo y la salud, “desde una mirada holística donde las condiciones de vida son un factor clave en el desarrollo de las enfermedades”. Las personas que han trabajado con ella en el ámbito académico destacan su compromiso, constancia y capacidad de trabajo, pero sobre todo el entusiasmo de Alba por transformar la sociedad en la que vivimos.

Tienes vinculación familiar con el mundo rural, ¿en qué medida ha afectado esta experiencia a el planteamiento de tu TFM?

Soy nieta de un trabajador agrícola y los debates sobre las condiciones de trabajo en el campo siempre han estado abiertos en casa. Mi proyecto se convirtió entonces en un homenaje a mi abuelo y, por tanto, decidí centrarme en el análisis de las condiciones de trabajo jornaleras. En consecuencia, escojo el contexto de los frutos rojos en Huelva al ser un ejemplo paradigmático del trabajo jornalero en Andalucía. Espero que mi abuelo se sintiese orgulloso del resultado.

El trabajo con Alba ha sido muy fácil y estimulante. Desde las primeras tutorías pude comprobar su iniciativa y autonomía para llevar a cabo el trabajo de fin de máster, la responsabilidad para cumplir el calendario fijado y la actitud abierta y receptiva a las sugerencias y revisiones. Esto ha facilitado mucho mi labor de tutorización. Su capacidad para conectar, empatizar y establecer vínculos con las personas sin duda ha facilitado y enriquecido el trabajo de campo. Alicia Reigada, coordinadora del TFM de Alba y profesora de antropología Social.

Este proyecto, que coordina la US desde la oficina de cooperación al desarrollo, trata de promocionar hábitos de consumo responsable que favorezcan el comercio justo, la equidad de género y el respeto hacia el medio ambiente. ¿Has cambiado /reforzado tu mirada sobre estos temas tras tu experiencia formativa? ¿En qué sentido?

Desde luego. Para mí desarrollar el TFM en esta línea ha sido un aprendizaje constante, también a nivel personal. Poder escuchar en primera persona los testimonios de los agentes implicados me ha permitido, no sólo complejizar el análisis, sino también conectar con los sentimientos de quienes soportan sobre sus hombros el peso de un modelo que se sustenta sobre desigualdades de clase, de género y de etnia. Los datos dejan de ser números, tienen nombres, apellidos y una historia de vida. Por eso, acabas implicándote más allá de lo académico o lo profesional. Este es un aspecto que resalto del proyecto, la colaboración con asociaciones que trabajan sobre el terreno en diferentes ámbitos. Se han generado redes y alianzas entre estudiantes y asociaciones que creo que serán duraderas y permitirán que las investigaciones que desarrollemos tengan un impacto social. Creo que este debe ser el objetivo final de cualquier proyecto académico, el de construir realidades que se sustenten sobre la base de la igualdad y la sostenibilidad.

Y una vez finalizado tu TFM, ¿de qué forma crees que podría contribuir tu trabajo a modificar hábitos de consumo?

Creo que mi investigación pone de relieve las conexiones que existen entre cómo nos relacionamos con el medio ambiente y cómo lo hacemos entre seres humanos. Un modelo de producción que explota la naturaleza también explotará a las personas trabajadoras.

Sin embargo, hay alternativas. Como consumidores, tenemos un gran poder. Cada vez que compras no estás escogiendo un alimento o una prenda, estás eligiendo el modelo de sociedad en el que quieres vivir. Ser conscientes de esto nos ayuda a tener una mirada crítica con nuestros actos cotidianos y a motivarnos a conocer y apoyar iniciativas que desarrollen nuevos paradigmas.

Como consumidores, tenemos un gran poder. Cada vez que compras no estás escogiendo un alimento o una prenda, estás eligiendo el modelo de sociedad en el que quieres vivir. Alba Vidal Ortiz

Más tarde, Alba ha desarrollado sus prácticas curriculares en el Enjambre sin Reina, colectivo colaborador del proyecto que trabaja en sensibilización, investigación, participación, educación y acción en el ámbito ambiental.

Cómo ha sido tu experiencia en el colectivo El Enjambre. Qué funciones has desarrollado allí. Con qué te quedas.

Mi experiencia de prácticas en el Enjambre ha sido muy positiva. Me llevo buenos momentos, aprendizajes y alianzas. Allí colaboré en dos proyectos, uno de ellos se desarrollaba en el entorno universitario, el otro en centros educativos de Primaria y Secundaria. Esto ha hecho que pueda observar el papel que cumple la educación ambiental en las distintas etapas. Con las actividades que proponíamos no sólo hablábamos de medio ambiente. Hablábamos de economía y del modelo de consumo; del papel de las mujeres y los roles sociales; de hábitos saludables y de cuidados. Comprendí, entonces, que la educación ambiental debe ser un eje central en las políticas educativas, precisamente por la interdisciplinariedad del campo.

Nuestra experiencia con Alba ha sido excelente. Se ha implicado en el trabajo y con el resto del equipo totalmente. No sólo ha desarrollado todas las actividades que le hemos ido proponiendo, sino que ella misma ha sugerido, propuesto y llevado a cabo mejoras e ideas propias. Todo ello llevando a cabo un trabajo muy cuidado y de alta calidad. Estamos encantados/as de su paso por nuestro equipo. Mayte Toledano, de El enjambre sin Reina.

Una vez terminada esta etapa ¿Qué proyectos de futuro tienes?

Quiero comenzar una tesis doctoral en el campo de la Antropología de la Salud. Mi objetivo no es sólo académico, busco que este proceso sea también un aprendizaje a nivel personal. Por eso tomo este proyecto con calma, ilusión y compromiso. Teniendo como horizonte el de contribuir a la construcción de un mundo más justo y sostenible a veces me pregunto ‘¿merecerá la pena? ¿servirá?’ Pero entonces, parafraseando a Benedetti, me recuerdo: ‘No te rindas, que la vida es eso’.